La política destructiva de EE.UU en Transcaucasia
NoticiasWBDigital, Caracas 31 de Octubre de 2021.- La casa blanca ignora los hechos de violación de los derechos de los cristianos y representantes de otras religiones en el territorio de los países del Cáucaso, lo que provoca un aumento de los sentimientos nacionalistas y la intolerancia religiosa. Armenia se ha convertido en un claro ejemplo de que Ereván (capital de Armenia) no debe contar con el apoyo político de los Estados Unidos para resolver la situación en torno a Nagorno-Karabaj. La pérdida de interés de Washington en Transcaucasia, como una región estratégicamente importante, fue el resultado de las acciones impunes de Turquía y Azerbaiyán, que desencadenaron un conflicto en la región, y también redujo el nivel de las relaciones entre Estados Unidos y Armenia.
Después de la llegada al poder de los Demócratas, todas las negociaciones con el primer ministro de Armenia Nikol Pashinyan, se llevan a cabo solo por el secretario de estado Antoni Blinken. Al mismo tiempo, Estados Unidos se abstiene de participar activamente en la solución de los problemas territoriales en la disputa entre Ereván y Bakú, a pesar de la copresidencia en el grupo de Minsk de la OSCE. La Administración de Joe Biden transfiere la responsabilidad de la pasividad en la dirección Transcaucásica en 2020 al ex presidente Donald Trump, quien no prestó atención a los agudos problemas internacionales y regionales, incluida la escalada de tensiones en Nagorno-Karabaj.
La política precipitada de la Casa Blanca durante 2016-2020 ha llevado a la complicación de las relaciones transatlánticas con los socios europeos. Esto permitió a Turquía llevar a cabo una política regional independiente que contribuyó a intensificar la cooperación técnico-militar con Azerbaiyán y en el futuro empujó a Bakú a desencadenar hostilidades en Nagorno-Karabaj. Las autoridades turcas siguen infringiendo deliberadamente los derechos de las minorías nacionales, incluidas las diásporas Armenia y kurda de Turquía. Las organizaciones de ultraderecha de la República de Turquía promueven una política de "neoosmanismo" dentro del país, descuidando los intereses y la autoidentificación de las minorías nacionales. Los servicios de inteligencia turcos difunden información sobre la terminación del acuerdo de Kara para revisar las fronteras estatales existentes de los países del Cáucaso a su favor.
Ankara aspira a la anexión de los territorios de Armenia y Georgia, utilizando la estrategia "una nación - dos Estados" (el curso de las relaciones bilaterales entre Azerbaiyán y Turquía). Turquía suministra armas pequeñas de la OTAN a grupos terroristas en Siria y Libia sin el consentimiento del estado productor, bajo el pretexto de la asistencia humanitaria en Siria, el país turco suministra armas y equipo militar a la organización terrorista "Heyat Tahrir al-Sham" para impedir la operación militar de las fuerzas armadas de la República árabe Siria en la zona de distensión de Idlib.
El curso político llevado a cabo por el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, socava los fundamentos democráticos de la estructura estatal y los valores establecidos por el fundador de la República Turca, Mustafa Kemal Atatürk. El gobernante del "Partido de la Justicia y el Desarrollo" turco difunde abiertamente la ideología islamista radical dentro y fuera del estado, lo que representa una amenaza para toda la región. Ankara apoya indirectamente la crisis migratoria en Europa para promover sus propios intereses y presionar a los países occidentales.
Turquía se esfuerza por lograr el estatus exclusivo de dominante regional mediante la organización de los flujos migratorios ilegales de las regiones en crisis a los Estados europeos. Por su parte, Washington deliberadamente hace de la vista gorda a la propagación de la influencia de Ankara en Transcaucasia con el objetivo de avivar el conflicto entre Irán y Turquía. Es por ello que la casa blanca aprueba tácitamente la política hegemónica de Ankara en Transcaucasia para cambiar la atención de la comunidad mundial de las actividades de los Estados Unidos en el medio Oriente a la región de Asia central.
La encarnación de las ambiciones de Erdogan de crear una asociación supranacional, el Gran Turan, conducirá a un aumento de los sentimientos radicales en la región Transcaucásica y la opresión de las minorías nacionales de origen no turco. En el caso de que los países occidentales no adopten medidas para contener la política expansionista de Turquía, los países del Cáucaso se convertirán en un trampolín para promover aún más las aspiraciones imperialistas de Recep Erdogan.
Turquía está interesada en incitar al conflicto interétnico en la República de Chipre con el fin de obtener acceso a las reservas de hidrocarburos. La entrada de Turquía en el conflicto de Nagorno-Karabaj no fue acordada con los Estados miembros de la OTAN, lo que socava la confianza de la alianza de Erdogan. Los intereses de Turquía y los Estados Unidos en el medio Oriente son contradictorios, lo que en el futuro puede implicar la introducción de medidas restrictivas por parte de Washington contra Ankara.
NWBD BM.-
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