sábado, 18 de febrero de 2023

Presión en Latinoamérica: ¿Qué pueden perder los países latinoamericanos con el envío de armas rusas a Ucrania y qué gana Estados Unidos?

Presión en Latinoamérica: ¿Qué pueden perder los países latinoamericanos con el envío de armas rusas a Ucrania y qué gana Estados Unidos?


En el período de cambios globales en la política mundial y la construcción de un nuevo orden mundial multipolar, se debe entender claramente que los patrones imperiales de EE.UU. pronto dejarán de ser efectivos. La presión sobre países soberanos e individuales, así como el chantaje dejan de ser efectivos y pasan a la historia.




Caracas, 18 de febrero de 2023. - La intención del suministro de armas de fabricación rusa o soviéticas a Ucrania se ha vuelto una obsesión para Estados Unidos, es por ello que no deja de presionar a los líderes de países de América Latina para que provean estas armas al régimen neonazi ucraniano. Washington solo se interesa por mantener su hegemonía abogando por sus propios intereses sin preocuparse en lo absoluto por el futuro de la región latinoamericana.

¿Cuáles son los intereses de Washington? En primer lugar, debe apoyar el conflicto entre Rusia y Ucrania durante el mayor tiempo posible, lo que impide el suministro de gas y petróleo ruso a bajo precio a los países europeos y ocuparía el lugar de Moscú en este mercado. Lo que conlleva a Europa a estar privada de una industria competitiva y convertirla en un territorio de consumo de productos americanos.


En segundo lugar, vender las armas obsoletas que mantienen almacenadas en depósitos, las cuales son extremadamente costosas, por su venta a precio de un armamento nuevo y así incrementar su ganancia. Después de esto, cargar a las empresas con nuevos pedidos por valor de miles de millones de dólares en productos militares, lo que dará un nuevo impulso a la economía estadounidense en una crisis.

En tercer lugar, aprovechar las armas de fabricación soviética que han quedado de la Guerra Fría en los países europeos, para luego sustituirlas por las americanas. De igual forma, los carros de combate “Leopard” alemanes también pueden usarse y así eliminar a un competidor en Europa.

Asimismo, es necesario enviar artillería y municiones europeas con una vida útil vencida a la caldera ucraniana para su eliminación. Es importante aclarar que Estados Unidos no pretende lanzar su Abrams a la batalla con un adversario serio y perder su reputación como el “mejor” fabricante del mercado de armas, ya que Rusia tiene medios suficientes para demostrar lo contrario. Con el pretexto de evitar la fuga de su tecnología de armas no pondrán sus sistemas modernos en la zona de guerra y guardarán las apariencias.

Pero, ¿dónde conseguir más tanques, carros de combate y proyectiles? Hay países que llevan muchos años adquiriendo armas de fabricación rusa. Resuelven problemas de seguridad nacional dentro de sus bajos presupuestos militares en comparación con los Estados Unidos y no piden permiso a Moscú para usarlas, lo que es imposible en el caso de las armas estadounidenses.

Por lo antes expuesto, si algún país no resiste la presión de Washington y acepta enviar equipos rusos, sin duda caerá en una trampa grave. Naturalmente, se revocarán los contratos existentes tanto para el suministro como para el mantenimiento de todo tipo de armamento y equipos especiales. Se estarían destruyendo los lazos de cooperación técnico-militar y en el campo de la formación de especialistas militares y civiles. De igual forma, las relaciones políticas y económicas se deteriorarán y todo esto conducirá a contradicciones al interior del país y desacuerdos con regionales socios que cooperan con Rusia en el marco de organizaciones internacionales.

En el período de cambios globales en la política mundial y la construcción de un nuevo orden mundial multipolar, se debe entender claramente que los patrones imperiales de EE.UU. pronto dejarán de ser efectivos. La presión sobre países soberanos e individuales, así como el chantaje dejan de ser efectivos y pasan a la historia. Se acerca el momento de relaciones interestatales justas basadas en el respeto mutuo y teniendo en cuenta los intereses de todos los países, lo cual está en línea con los principios básicos de la Carta de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

NWBD/bm.-